Plaza del Cabildo: transitar por “campo de minas”
Pepe Fernández.- Si no fuera por la falta de transparencia de este ayuntamiento, además de otras carencias democráticas relacionadas con la libertad de prensa, podríamos conocer con certeza el número de personas que han dado con sus huesos en el pavimento de la céntrica plaza. La seguridad de los viandantes es otra asignatura pendiente de este equipo de gobierno que gasta los impuestos para contentar y priorizar a algunos sectores de la sociedad con exposiciones capilleriles y feria fantasma antes que el mantenimiento de las vías y plazas o en apoyar económicamente a los más desprotegidos de la sexta ciudad de España con menos renta de todos los pueblos de más de 20.000 habitantes.
El abandono de la ciudad es visible mires por donde mires pero siendo la zona más mimada por la buena imagen de Sanlúcar, la Plaza del Cabildo es un laberinto por el que debemos de sortear todo tipo de obstáculos y trampas para llegar a nuestro destino que suponen las deterioradas losas del pavimento, más de diecinueve de ellas en su superficie total, sin contar las mutiladas, astilladas o el desnivel de la inmensa mayoría, todas propicias para que cualquiera muerda el polvo por la falta de mantenimiento a lo largo de todo el año. Desde que Antonio Prats en 1995 fuera el delegado de obras y servicios, artífice de esa pavimentación, La Plaza del Cabildo es un verdadero campo de minas del que no escapa nadie, un agujero negro de la desidia síndica.
El 31 de mayo siendo las trece horas aproximadamente, en el lugar que muestra la foto que ilustra estas anotaciones, cayó sin remedio una mujer que enganchó su calzado en el hueco que dejó una losa que faltaba allí. Fue tal el batacazo que quedó traspuesta y tuvo que ser atendida por varios camareros de la taberna Cabildo y algún transeúnte hasta que la ambulancia la trasladó al Virgen del Camino donde se le diagnosticó politraumatismo por caída. Al día siguiente un hombre corrió la misma suerte. La losa fue repuesta dos días después por los servicios municipales de la delegación de obras.
Con el dinero que todos los sanluqueños tenemos que pagar por las indemnizaciones de las denuncias de todas las personas que han tenido algún percance en la comercial plaza, sería más que suficiente para adecentar los socavones, agujeros, desniveles de calles aceras y plazas sanluqueñas, pero eso importa poco cuando el equipo de gobierno, sus delegados responsables no tienen que pagar de sus bolsillos sus impenitentes inacciones o negligencias.