EL TIEMPO QUITA Y DA RAZÓN
Fernando Cabral.-El dicho «el tiempo quita y da razón» es una expresión popular que refleja cómo, con el paso del tiempo, las decisiones, actitudes o posturas de las personas se ven alteradas y revelan su verdadero impacto. Este dicho es particularmente relevante en la política, donde las promesas, ideologías y estrategias de los líderes o partidos políticos a menudo se ven modificadas o corregidas por la prueba del tiempo.
Las decisiones de los gobernantes, legisladores o movimientos políticos no siempre resultan como se anticipaba en un inicio. El tiempo, en este contexto, se presenta como un juez imparcial que no solo pone a prueba las acciones, sino que también revela las consecuencias de esas decisiones. Un gobierno puede prometer reformas, cambios en políticas públicas o nuevas leyes, pero el verdadero impacto de esos cambios solo será evidente a lo largo de los años.
En este sentido, la frase «el tiempo quita y da razón» hace referencia a cómo, con el paso de los años, algunas promesas o decisiones políticas pueden resultar ser acertadas y justificadas, mientras que otras se demuestran erróneas, dejando claro que la percepción que se tenía inicialmente sobre una idea o acción no siempre es la misma cuando se enfrenta a la realidad a largo plazo.
En la política moderna, este dicho cobra especial relevancia. La velocidad de la información, las redes sociales y los medios de comunicación han aumentado la presión para tomar decisiones rápidas. Sin embargo, las repercusiones de esas decisiones no siempre son inmediatas. La historia política está llena de ejemplos de políticas que, al principio, fueron aplaudidas, pero con el tiempo se revelaron ineficaces o incluso dañinas.
Uno de los ejemplos más claros es lo referente al cambio climático. Hace apenas unas décadas, muchos líderes políticos negaban la existencia del cambio climático o no le daban la prioridad necesaria. Sin embargo, con el paso del tiempo y el aumento de fenómenos climáticos extremos, esa postura ha quedado en evidencia como equivocada. El tiempo ha dado razón a los que advertían sobre los peligros del cambio climático, mientras que ha restado credibilidad a aquellos que lo ignoraban o siguen en posturas negacionistas al respecto.
El peligro de basar decisiones políticas en criterios inmediatos es que estas pueden ser impulsadas por intereses momentáneos o presiones externas, sin considerar sus consecuencias a largo plazo. La política de «soluciones rápidas» puede ser popular en el corto plazo, pero, como advierte el dicho, el tiempo puede demostrar que esas medidas no eran la respuesta correcta.
Ejemplo de esto lo encontramos en el populismo, donde líderes políticos, a menudo de forma oportunista, toman medidas populares que no necesariamente son sostenibles o eficaces en el largo plazo. En muchos casos, esas medidas parecen correctas al principio, pero, con el tiempo, el costo social, económico o ambiental puede ser considerablemente alto.
Este dicho también nos invita a reflexionar sobre la importancia de la paciencia en el ejercicio de la política. Las decisiones políticas no siempre pueden ser evaluadas de manera inmediata. A menudo, la mejor estrategia política es la que se construye con visión a largo plazo, considerando tanto los efectos inmediatos como los futuros. En este contexto, los líderes políticos y los ciudadanos deben aprender a tener la paciencia necesaria para esperar los resultados de las políticas implementadas, entendiendo que no todas las soluciones llegarán de inmediato.
En resumen, «el tiempo quita y da razón» en política es un recordatorio de que las decisiones políticas deben ser evaluadas no solo en su contexto inmediato, sino también en su capacidad para resistir la prueba del tiempo. Las promesas, las reformas y las políticas son como semillas que necesitan tiempo para crecer y dar frutos. Solo después de un largo periodo es posible ver si realmente han cumplido sus objetivos o si, por el contrario, han tenido efectos negativos no previstos.
Este dicho refleja la sabiduría que solo el paso del tiempo puede ofrecer en la toma de decisiones políticas, invitando a los líderes a ser cautelosos y a los ciudadanos a ser críticos, pero pacientes, mientras observan los efectos de las políticas a largo plazo.
Sanlúcar de Barrameda, con su historia rica y su presente complejo, es un claro ejemplo de cómo “el tiempo quita y da razón” en política. Las decisiones que se toman hoy serán juzgadas mañana. Algunas serán reivindicadas, otras olvidadas, y unas cuantas señaladas como errores costosos. Por eso, en la política sanluqueña —como en cualquier otra— es fundamental actuar con visión de futuro, responsabilidad y compromiso real con la ciudadanía.
Porque el tiempo, tarde o temprano, pone a cada uno en su sitio.
