
La sociedad civil sanluqueña se concentra en el centro de la ciudad para condenar el genocidio en Gaza
SD.-Algo más de 150 personas de diversos colectivos y ciudadanía en general acudieron a la llamada de la Coordinadora estatal por la defensa del sistema público de pensiones para condenar el genocidio que el estado de Israel está perpetrando en la franja de Gaza.
Pertrechados de banderas palestinas y muchas cacerolas han hecho sentir su presencia a las puertas de la biblioteca municipal para protestar por el incesante número de víctimas que día tras día el estado judio asesina en continuos ataques a la población civil palestina. El hambre como táctica de guerra para matar a la población gazatí es utilizado contra los palestinos impidiendo la entrada de alimentos en miles de camiones que esperan en la frontera con Egipto.
La distribución de los escasos alimentos que entran lo hacen controlados por Israel y empresas privadas norteamericanas en centros de distribución donde son asesinados por decenas todos los días muchos gazaties.
La pasividad de las grandes potencias políticas o económicas como la UE son partícipes activas por omisión de todas las muertes con las que los españoles y toda Europa vemos en todos los telediarios en una incesante procesión de noticias relacionadas con la masascre de palestinos.
Una vez más, solo unos pocos sanluqueños, resilientes y progresistas, se manifiestan en favor de Palestina para parar esta carnicería diaria en el pequeño territorio del Mediterraneo oriental.
Minutos después de la cacerolada se ha leído un comunicado por algunos de los asistentes para recordar, con números, los niños asesinados, periodistas, médicos, personal de organizaciones humanitarias, edificios civiles destruidos, hopitales, escuelas, mezquitas, iglesias, cementerios, infraestructuras, etc
A resaltar la nula empatía de todos los partidos políticos, alguna rara avis siempre hay, con el dolor del pueblo palestino poniéndose de perfil y olvidando convenientemente el pasado histórico más reciente del pueblo hebreo, pero es más cruel la indiferencia del mundo de la Iglesia que solo se acuerda del sufrimiento de un palestino crucificado hace más de dos mil años para pasearlo por nuestras calles todas las Semanas Santas.
León XIV, como sus predecesores en el Vaticano, callan ante el sufrimiento del pueblo palestino como otrora lo hiciera con el judio cuando era gaseado por los fascista del III Reich. La condena, desde el balcón de Ciudad del Vaticano en la misa del domingo, es solo otro brindis al sol que se une a los de las potencias mundiales que claudican ante el empuje del fascismo en el mundo y el temor a que un demente y supremacista con disuasión nuclear les suba los aranceles.