

Nueva (?) Comisión ejecutiva local socialista
Los socialistas locales dicen haber elegido por unanimidad una “nueva” dirección en la que sorpresivamente destacan la EXPERIENCIA y la RENOVACIÓN. Su concepto de renovación para nada contradice la sorprendente descripción que hacen de su gestión al frente del consistorio: Manifiestan que la “gestión llevada a cabo en estos tres años se ha caracterizado por la HONRADEZ, el TRABAJO y por DECIR SIEMPRE LA VERDAD”, años que a su parecer han supuesto un “impulso al desarrollo y progreso de la ciudad”. Lo que para propios y extraños en su conjunto supone un mayúsculo oxímoron.
La unanimidad fue, algo que a nadie sorprende ni tampoco extraña o no debería sorprender ni extrañar. En ese “no debería” sorprende y extraña, a su vez, que algunos y algunas sigan uniendo su futuro político a la figura de un manifiesto “cadáver” político.
La citada unanimidad no puede ocultar que se vislumbre dos figuras emergentes que más pronto que tarde pedirán el paso, o se lo darán por razones obvias de subsistencia. Y las circunstancias locales y autonómicas pueden hacerlo apremiante y puede que ello justifique que no hayan hecho público el reparto de responsabilidades en esa nueva ejecutiva local. Aunque todo hace pensar que ahora no habrá cambio en la máxima responsabilidad.
Para al menos dos figuras emergentes, ya reconocidas en el seno de la formación política, la unanimidad no es más que un compás de espera, a que la impronta renovadora de la nueva secretaria general de los socialistas andaluces, se abra paso en esa sede con denominación eufemística de lo que no es desde hace mucho tiempo, y haga ver a quien aún no lo sabe que es ya “cadáver” político. Es muy común que los que moribundan políticamente sean los últimos en enterarse de su situación. Tiempo habrá para sacarle de su ensoñación, dicen algunos con cierta malicia.
Ya en las pasadas elecciones municipales de 2019 hubo señales inequívocas del desgate político personal del candidato socialista, y de ahí que en la publicidad electoral la marca solapaba al candidato, algo inusual en las campañas municipales donde prima más el candidato/a que la marca electoral. No sirvió de mucho, pues el resultado fue el que fue y la gestión posterior al resultado con el acuerdo de gobierno con IU y abandono del mismo poco después, así lo refrenda.
Su apuesta por el candidato a la secretaría general provincial de su partido, que terminó perdiendo frente al otro candidato, no es más que otra evidencia de los futuros clavos de su ataúd político.
La figura femenina de los postulantes a coger el testigo, en su día lideró con fuerza una candidatura local alternativa de izquierda a los partidos tradicionales que, a pesar del buen resultado, tuvo que abandonar por una sobrevenida contingencia personal, que frustró su emergencia política ya al parecer resuelta y que más tarde pudo retomar, ahora de la mano del partido socialista local, curiosamente aquel que había que censurar. Su mayor virtud es la de saber moverse y situarse, vean sino como encuentra el posicionamiento más idóneo para su interés personal en las fotos.
El emergente masculino, de apellido que recuerda cierto abolengo socialista provincial, pese a su juventud, atesora experiencia política de partido debido a su andadura en la sección de la Juventud del mismo, así como, en el mismo área de la Junta de Andalucía. Su inequívoca militancia socialista para algunos es su mayor baza, pero para otros también su mayor debilidad, ya que no ofrece la frescura por venir muy contaminado del politiqueo de sus mayores. Ya le hemos visto maniobrar para obtener notoriedad y visibilidad institucional.
En este contexto, el citado compás de espera en el que se encuentran ambas figuras emergentes socialistas locales, no solo es un descanso, sino también una oportunidad para intensificar, llegado el momento, su paso adelante al relevo necesario al rebufo de las nuevas ideas y formas que viene de la mano de la Ministra de Hacienda en su calidad de líder de los socialista andaluces.
Y puede que ella y su nueva dirección, estén tomando nota. La incógnita es, si las encuestas u otros datos avalan la necesidad de un relevo en la dirección local. Y llegado el caso, si el “walking dead” político será más fiel a su partido o a la subsistencia de su economía personal.