Sonrojante discuro del Jefe del Estado que iguala los problemas de inmigración y vivienda como los principales desafíos del país
SD.-En un discurso, magnificamente, diseñado por los asesores de la Casa Real, para relanzar a la institución y de paso hacernos olvidar los desmadres de su antecesor, se oculta su irrelevancia política en la vida de todos los españoles aprovechándose de un desastre natural que arrasó la provincia de Valencia y zonas de Albacete en una tragedia climática. A pesar del barro recibido en sus reales cuerpos, han blanqueado su inoperancia e inutilidad como Jefe del Estado gracias a la desafeccción ciudadana a todos los partidos políticos, un hueco que beneficia principalmente a los de la flor de lis, que no han dudado en ocuparlo con sus visitas in situ, y a la emergente ultraderecha, presuntos autores de la encerrona al Jefe de Esado y al Presidente del Gobierno en esa querida región valenciana.
El hilarante relato de que Pedro Sánchez huyera del barro por cobardia, es el mismo que Felipe de Borbón permaneciera en él por valentia y dedicación al pueblo, cuando solo defendía su estatus y el de su familia para seguir perpetuándolo en España.
En resumen, con este endeble discurso navideño, el Rey se autoproclama salvador de la recuperación de las zonas afectadas por la riada en Valencia advirtiendo a los políticos que la ayuda , más de 16.000 millones, lleguen pronto pero no apunta a los principales culpables de evitar las muerte y menos aun gestionar con fluidez la información necesaria de los afectados y las pérdidas sufridas para reclamar las ayudas y cantidades pertinentes del gobierno central, que hasta ahora no llegan ni a los mil millones de euros.
Una Navidad que los afectados por el desastre natural, consecuencia de malas planificaciones urbanísticas de los que ahora después de más de 200 muertos quieren reconstruirla para hacerse la foto con el rey de España, no olvidarán en toda su vida y Felipe VI ya tiene su 23F.