Un doble relato
Fernando Cabral.-La aprobación definitiva de los presupuestos municipales de 2024 estando ya en noviembre ha puesto de manifiesto un doble relato al respecto en el seno del equipo de Gobierno Local.
Para la mitad del equipo de Gobierno, los recién aprobados presupuestos son magníficos como consecuencia de la buenísima gestión económica de años pasados. La mitad restante, la que sustenta la alcaldía, manifiesta que los presupuestos son insuficientes, pero van en un supuesto buen camino.
Es de agradecer que en esta ocasión no hayan usado la consabida coletilla de que son los presupuestos más sociales de la historia.
Unos continúan en su intento de reivindicar su pasada gestión económica al frente del Ayuntamiento y sin cortarse un pelo, expresan dudas sobre la actual gestión económica que es responsabilidad de la otra mitad. Si algo sale mal o no se cumple será culpa de los otros, parecen decir.
Mientras, los otros asumen como propias, con cierto conformismo, las carencias de todo tipo que presenta la ciudad fruto de la pésima gestión pretérita de los anteriores, sin atreverse a señalar como responsables de la situación a la otra mitad.
El indisimulado optimismo de unos contrasta con la resignación adaptativa de otros. Presuntamente, el triunfalismo viene originado porque, al margen de servir para reivindicar su gestión pretérita al frente del Ayuntamiento, han conseguido los recursos económicos más que suficientes para sus delegaciones que les presta visibilidad sin la quema del día a día. Manifiestan sin pudor que no ha habido presupuestos hasta que han conseguido lo que exigían como condición sine qua nom para ello.
El conformismo de los otros les hace estar enredados en la gestión diaria y aprobar aquello que de antemano manifiestan insuficiente aunque pongan la coletilla que expresa un medio para un fin último. Lo que podría interpretarse como una cura en salud.
Existe un doble Equipo de Gobierno, uno enmarañado en la gestión diaria y en la búsqueda de aliados contranatura y el otro alegremente despreocupado de lo anterior inmerso en convertir la ciudad en un escaparate de cartón piedra. La nota de prensa conjunta de valoración de los presupuestos lo demuestra. Alguien debió pensar que por una mera cuestión de imagen tocaba hacer una valoración conjunta de los presupuestos aprobados y solo se les ocurrió hacer un pastiche que no sirve para expresar unidad alguna.
Más allá del triunfalismo de unos y del conformismo de otros, lo cierto es que, al margen de las venideras productividades, horas extras y de la diezmada plantilla por los recortes, tal como ocurrió con los presupuestos de 2023, de los 78 millones de euros presupuestados para 2024 más de la mitad se dedican a gasto de personal (salarios y gastos sociales). Esto no es otra cosa que la consecuencia de aquella Relación de Puestos de Trabajo aprobada en la legislatura anterior, en la que determinados colectivos municipales (incluidos los que ahora mantiene a la ciudad casi desprotegida en materia de seguridad ciudadana) vieron aumentar sus nóminas, en muchos casos, en más de 1.800 euros mensuales. Los recursos pendientes de resolución a la Relación de Puestos de Trabajo no harán otra cosa que aumentar aún más el gasto en personal.
Por tanto, para hacer todo lo que dicen que van a hacer y conseguir, desde el triunfalismo y el conformismo, con estos presupuestos disponen de menos de la mitad de esos 78 millones de euros presupuestados.
Un doble relato con el que de lejos no se pretende transmitir valores, objetivos y construir identidades de presente y futuro de un solo modelo de ciudad, sino reivindicar pasadas pésimas gestiones y conseguir rédito electoral o justificar lo injustificable de olvidar lo que se criticaba de esas mismas pésimas gestiones pretéritas obviando lo prometido en la campaña electoral.
Los presupuestos municipales aprobados definitivamente son la prueba y plasmación práctica de un doble relato sobre un mismo hecho de un doble equipo de Gobierno Local dividido en dos partes tan separadas como estancas.